Autor: Nobody
Temática: General
Descripción: cintura de los bóxers negros que me puse al levantarme de la cama hacía quince minutos. Me tiembla la polla, pero ya me corrí dos veces esta noche, lo que significa que puedo ignorar fácilmente mi reacción biológica al contacto con una mujer desnuda, y me molesta que siga aquí, porque sabe cómo funciona esto. Mantengo mis ojos en King Plaza. ―Te llamaré la próxima vez que necesite una cita. Jessica enrosca los dedos, sus uñas pinchan mi piel. ―Eres un idiota. ―Su tono se ha enfriado, pero está conteniendo la rabia que obviamente siente. Estoy acostumbrado. Como soy uno de los hombres más ricos del país, la gente tiende a disimular sus verdaderas emociones a mi alrededor. Aunque, en el caso de Jessica, ella tiene su propia riqueza. Lo que le impide desatar su ira contra mí es que le gusta demasiado cómo me la follo como para hacerme enojar. Deja de rodearme con los brazos y retrocede. Es entonces cuando por fin me giro y la miro. Aparte del mohín de su rostro, está completamente desnuda y aparentemente no le preocupa estar expuesta en el balcón. Esta es una de las suites que la dirección del hotel tiene a disposición de la familia King permanentemente -una de las ventajas de ser dueños-, así que estamos en lo alto, pero de vez en cuando los paparazzi consiguen tomarnos una foto. A veces solos, a veces no. Estoy seguro de que a Jessica no le importará que su foto aparezca en uno o dos tabloides, aunque a su papá no le impresionaría mucho. Es hermosa de una forma que solo el dinero puede conseguir: cada centímetro pulido, peinado y realzado a la perfección. A estas alturas, ni siquiera estoy seguro de que su personalidad sea real. No es que me queje. Quedó muy bien como mi acompañante en la ceremonia de entrega de premios de esta noche, y aún más rebotando sobre mi polla durante las dos últimas horas. Pero ya terminamos y tenerla aquí me altera los nervios.
Autor: Nobody
Temática: General
Descripción: Me quito un mechón de cabello de los ojos con el dorso de la muñeca y le sonrío agradecida. ―Eres un salvavidas. ―Jarrod lleva un par de años trabajando en True Brew y ha desarrollado una extraña habilidad para mantener en marcha la temperamental máquina, pero independientemente de su toque mágico, no se puede negar la verdad. Va a tener que ser reemplazada más pronto que tarde. Lo dejo para que se ocupe de que todo vuelva a funcionar y me dirijo al mostrador. Solo hay una clienta esperando, una mamá joven y agobiada con una pequeña inquieta en la cadera. La niña, que luce una gloriosa mata de rizos rojos en la cabeza, parece acalorada, malhumorada y a punto de estallar. Le sonrío a la mamá y le tomo la orden de su café. Después de llamarla, señalo el tarro de malvaviscos gigantes que tenemos en el mostrador. ―¿Querrá uno? La cara de la mujer se ilumina. ―Le encantaría. ―Se gira hacia su hija―. ¿Te gustaría, Molly? La niña esconde la cabeza en el hombro de su mamá, antes de asomarse y asentir. Sonrío para mis adentros mientras levanto la tapa del tarro y uso unas pequeñas pinzas para sacar un malvavisco rosa. ―Aquí tienes, cariño. La niña me tiende la mano y se lo dejo caer sobre la palma. Se lo mete en el pecho y lo mira embelesada. ―Muchas gracias ―dice su mamá―. Ha tenido un día muy largo. Las dos lo hemos tenido. ―Bueno, espero que lo disfrute, y yo espero que disfrute de su café. Parece bien merecido. Me dedica una última sonrisa antes de dirigirse al mostrador de recogida. Incluso Molly me saluda por encima del hombro.
Autor: nobody
Temática: General
Descripción: 1 Claire No siempre estuve enamorada de Finn Davis. Hubo unos diez minutos, allá por séptimo curso cuando apareció, en los que me cabreó de verdad. No por nada que haya hecho, per se. Porque siempre ha sido el mismo. Callado y observador cuando estaba en público, con un afilado sentido del humor y una personalidad juguetona cuando estaba con la gente que mejor lo conocía. No, Finn fue el destinatario de mi rabia de trece años durante esos diez minutos porque él era la razón por la que odiaba ser gemela por primera vez en mi vida. Lia y yo éramos idénticas. Los profesores y los compañeros nos confundían a menudo si no nos conocían bien. Aquel día de séptimo curso, cuando el director trajo a Finn a nuestra clase, Lia y yo nos encontramos con él al mismo tiempo. Pero había algo en ella, una energía que zumbaba a un nivel indetectable, que atrajo su atención y lo hizo sentirse cómodo. Desde entonces son los mejores amigos. Y odiaba parecerme a ella -exactamente a ella- y seguir siendo lo bastante diferente como para que el dulce y tímido chico nuevo de la clase, el de la sonrisa bonita y las piernas largas, no me mirara dos veces. Ya no pensaba mucho en aquel día. Habían pasado ocho años de aquello, y Finn era tan fijo en nuestra familia que mi enamoramiento se había reducido a un hervor lento. Apenas detectable a menos que pusieras la mano directamente sobre el fuego.
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Temática: General
Descripción: trimestre de Michaelmas1, que iba de finales de septiembre a diciembre. Llegué unas semanas antes para instalarme y ver todas las cosas antes de que mi investigación comenzara en serio. Era lo que había soñado cuando comencé mi Maestría en Literatura Inglesa, este tipo de inmersión en la cultura y la educación británicas con una profesora súper estrella cuyo trabajo sobre las hermanas Brontë era como un texto religioso para mí. Sin embargo, yo era el saco triste que deambulaba por Londres, contemplando cabizbaja los bellos parajes. Mientras metía mi teléfono celular en mi bolsillo delantero, comenzó a zumbar. Claire. ―¡Hola! ¿Qué estás haciendo? ―Hice una mueca después de que salió porque incluso para mis propios oídos, sonaba a un nivel vergonzoso de emoción de estar hablando con alguien. Mi hermana se rio. ―Te llamo porque estás en el Palacio de Buckingham, perra. ―Estaba. ―Me hice a un lado para que un grupo pudiera pasarme mientras deambulaba por Green Park―. Estoy caminando por el parque en este momento. Ella suspiró audiblemente. ―Y aquí estoy yo sentada, trabajando en mi presupuesto mensual. ¿Qué hermana es más genial? Me dolía el pecho con el sonido de su voz. ―¿Cómo va la vida? Claire se rio. ―Hablamos hace dos días. 1 Fiesta de los Arcángeles, es una fiesta cristiana observada en el calendario litúrgico anglicano, luterano o de ciertas iglesias ortodoxas el 29 de septiembre situándose cerca del equinoccio de otoño en el hemisferio norte, o el 8 de noviembre en las iglesias ortodoxas griega y rumana.
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Temática: General
Descripción: PRÓLOGO Aiden Dos años y medio antes ―¿Esto significa que tendré una nueva mamá? Es increíble cómo los niños pueden decir las cosas más inocentes y hacerte sentir como si te acabaran de clavar un cuchillo en las tripas. Protegiéndome los ojos del sol de California, vi a Anya, sentada en la hamaca de su tobogán. Cuando pude respirar lo suficiente como para formar palabras, intenté mantener el rostro uniforme. ―¿Por qué tendrías una nueva mamá? Pateó las piernas, mirando fijamente el banco de ventanas donde estaba la cama de hospital de Beth -a petición suya-, para poder ver jugar a Anya. ―Si mamá se va pronto al cielo, ¿significa eso que tendré una nueva? Había aprendido a explicarle muchas cosas a un niño de cinco años en los últimos meses. Cáncer. Por qué Beth se había decidido en contra de la quimio. Hospicio. Cielo. Pero esto... esto era nuevo. Y tuve que cerrar los ojos para luchar contra la brutal oleada de dolor que me golpeaba.
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Temática: General
Descripción: condujo a la parte trasera de la extensa propiedad. Una enorme piscina infinita dominaba el patio trasero, cayendo en la nada, con la costa de Maine abajo extendiéndose hacia el horizonte. Mi mamá llamó al timbre de una discreta puerta lateral, justo cuando un crujido de neumáticos sobre la grava me hizo asomarme por el muro hacia la parte delantera de la casa. Un auto se detuvo. Era blanco, como la casa, y grande. Un hombre salió del lado del conductor y corrió a abrir la puerta trasera. Una rubia elegante se bajó, se echó el cabello por encima del hombro y se alejó del conductor sin darle las gracias. La otra puerta trasera se abrió sola y salió un chico. Tenía más o menos mi edad, pero era alto. Como yo era la más alta de mi clase, la mayoría de los chicos que conocía apenas me llegaban a la altura, pero este chico ya era más alto que yo. Cerró la puerta del auto con un fuerte empujón que me hizo dar un salto. ―¡No me digas lo que tengo que hacer, Colette! ―gritó a la mujer que rodeaba el auto y avanzaba con sus tacones altos a una velocidad aterradora. ―Eve, mi vida2, vámonos. ―La mano de mi mamá me rodeó el brazo y me guió suavemente hacia la puerta lateral abierta. Observé al chico un segundo más. Era larguirucho, con el cabello negro demasiado largo y desgreñado y cejas oscuras. Tenía los codos puntiagudos y afilados, las clavículas visibles incluso a través del jersey de hockey. Sus pies parecían enormes, al igual que sus orejas, como si aún tuvieran que crecerle. Aun así, resultaba magnético. Eran sus ojos. Oscuros y llenos de emoción. Parecían arder. La mujer llegó hasta él y le agarró con fuerza del brazo. Sentí el fuerte contraste entre el suave tirón de mi mamá y la forma en que la mano con garras de la mujer se clavaba en el largo y delgado brazo del chico. Sus ojos chocaron con los míos, justo antes de perderme de vista. Esos ojos quemaban todo a su alrededor. A mí también me quemaron. 2 Dicho en el original en español.
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Temática: General
Descripción: Para Sherrie, Eres una de las personas más fuertes que conozco. Tu alegría y tu fuerza me inspiran cada día.
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Temática: General
Descripción: Las voces llenan el ambiente cuando entro en el patio principal. Es un poco intimidante la imagen por excelencia de la vida universitaria ante mí, pero dejo a un lado mis inseguridades e intento empaparme del momento. Soy una estudiante de HOP University. Ayer, mis clases estaban en el otro extremo del campus, así que no tuve esta vibra del primer día, y ahora que estoy aquí, es un poco abrumador. Me esforcé muchísimo en la preparatoria para acabar con unos cuantos créditos universitarios, y luego pasé los dos últimos años cursando mis estudios generales en la universidad comunitaria de mi pueblo natal, pero ahora... bueno, ahora soy estudiante aquí, y si sigo trabajando duro, puedo graduarme con mi título en contabilidad en tres semestres. Lo que me preparará para un trabajo mejor pagado que la florería de mi mamá, y por fin podremos empezar a consentirnos. Y entonces podré pagar los préstamos estudiantiles que han empezado a acumularse a mi alrededor. Una carcajada me saca me saca de mis pensamientos y miro hacia arriba para ver lo que sólo puede describirse como la multitud de moda. Reprimo otra ronda de inseguridades que intentan burbujear en mi interior. Esto es la vida universitaria. La gente es menos mezquina. No puedo evitar pensar “tengo esperanza” mientras recorro con la mirada el grupo de estudiantes que forman un círculo. Todos los chicos llevan camisetas azules y negras de HOP U, y las chicas llevan faldas a juego y blusas ajustadas a juego, con zapatos que no parecen cómodos para caminar. Yo llevo jeans, una camiseta blanca y tenis, porque no quiero empezar la semana con ampollas.
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Temática: General
Descripción: PRÓLOGO PRÓLOGOHannah Hannah La pesada puerta se cierra tras de mí, haciendo eco en el pasillo de la residencia, pero estoy demasiado eufórica para preocuparme. Anoche... Me quito los zapatos, me dirijo a la cama y me acuesto boca arriba. Maddox Lovelace. Jugador de fútbol extraordinario. El hombre alto, ancho, de cabello y de ojos oscuros que ha estado en mi mente desde el primer momento en que lo vi a principios de esta semana. El carismático atleta con el que me estoy obsesionando rápidamente. El hombre al que todos llaman Mad Dog1, aunque yo ya le he visto un lado más suave. Suelto un suspiro. Ni en mis mejores sueños pensé que mi primera semana en la universidad sería así. Quiero decir, claro, ya hice dos años de universidad, pero eso fue viviendo en casa y yendo a la universidad comunitaria local más barata. Esto es la vida universitaria. Hop University, y maldita sea, ha hecho honor a su nombre. 1 Perro rabioso.
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Temática: General
Descripción: Contiene importantes spoilers Se trata de una novela romántica contemporánea que tiene como principales temas subyacentes el trauma y el abuso. Este libro contiene la muerte gráfica de un papá (en las páginas y fuera de ellas) y el abuso parental (verbal, emocional y físico). Uno de los personajes principales experimenta un diálogo interno negativo y tiene ideas suicidas. Si tú o alguien que conoces tiene pensamientos suicidas, recuerda que vale la pena salvar su vida, por favor, llama a los teléfonos asignados a tu región para pedir ayuda.
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Temática: General
Descripción: La casa fue construida por un doctor británico llamado George Faircloth que vivía en Manhattan y vino al norte del estado a Laurel Ridge en el verano, lo que explica la total falta de preparación para el invierno. Fue construida para disfrutarla en un día de veinticinco grados y principalmente desde el exterior. Me lo imagino arreglando esta propiedad como un maestro, colocando las magnolias y las forsitias debajo de ellas para anunciar el comienzo de la primavera. Después de un largo invierno gris, estas primeras flores rosadas y amarillas gritan: “¡Algo está pasando!” En mayo se habrán vuelto verdes con el resto del jardín, un silencio antes de que florezcan las peonías y las hortensias. Sabía que haría cualquier cosa por vivir aquí cuando vi la casa de té en la parte de atrás. Es una estructura de una sola habitación que el doctor encargó para honrar el ritual del té formal. Mientras que la casa principal es de endeble tablilla blanca con contraventanas negras despintadas, la casa de té está hecha de piedra gris con techo de pizarra. Tiene una pequeña chimenea y paredes revestidas de roble. Es como si el doctor Faircloth se hubiera acercado al estanque y lo hubiera arrancado de la campiña inglesa. Recuerdo claramente haber escuchado a Ben usar la palabra “cobertizo” cuando entramos, y lo ignoré como lo haces cuando intentas seguir casada. La primera mañana que nos despertamos aquí, me levanté con las primeras luces del día porque todavía no teníamos cortinas. Llevé mi café al porche y el amanecer fue la sorpresa de mi vida. Nunca había visto la casa a las seis de la mañana, ni siquiera sabía que estábamos mirando al este. Fue como un regalo con la compra, una recompensa por amar este lugar roto. Ahora estoy en el porche, observándolo antes de que llegue el equipo de filmación. Cintas rosas y luego naranjas se arrastran detrás del roble de brazos anchos al final de mi césped. El sol sale detrás de él de forma diferente cada día. Algunos días es una barra sólida de sorbete que se enrolla como créditos de película y llena el cielo. Otros días la luz se filtra entre las hojas en un gris apagado. El roble no tendrá hojas durante algunas semanas, solo pequeñas flores amarillas y blancas que se polinizan entre sí y prometen un césped lleno de bellotas. Mi césped está en su mejor momento en abril, especialmente por la mañana, cuando está
Autor: Nobody
Temática: General
Descripción: 1 1Annie Annie ―¿Por qué Lee corre por la calle principal sin pantalones? Levanté la cabeza de mi café con leche de avena y vainilla a tiempo para ver a mi mejor amigo, muy rápido y muy desnudo, corriendo por la calle principal del pueblo. El sol de la mañana fluía a través de los árboles que bordeaban las aceras de nuestro pequeño pueblo y todos afuera se quedaron boquiabiertos al ver a Lee arrastrando su trasero. Lo seguí mientras él esquivaba a los peatones y las jardineras de concreto con ambas manos ahuecadas sobre sus partes privadas y usando nada más que botas de trabajo desgastadas y desatadas. Un silbido bajo vino de mi amiga Emma. ―¡Santo DIOS! ―Asqueroso. ―Kate Sullivan, la hermana de Lee, torció el rostro con disgusto. Le di un codazo a Emma, deseando que mis ojos no se desviaran hacia los músculos redondeados del trasero de Lee mientras pasaba corriendo junto a nosotras. Sentadas afuera del Sugar Bowl, Kate, Emma y yo observamos con leve horror cómo Lee hacía un tiempo impresionante recorriendo el pueblo. Kate sacudió la cabeza y le dio un mordisco a un bollo de fresas con crema.
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Temática: General
Descripción: 1 1Sylvie Sylvie ―Pero no escupas en mi café, ¿okey? Parpadeé, dejando que las palabras del cliente se asentaran sobre mí antes de darme cuenta de que, de hecho, me pidió que no escupiera en su café. Al otro lado del mostrador estaba Matty, primo de los Sullivan y a quien conocía desde que estaba en la guardería. Atónita, asentí con la cabeza y mantuve la calma antes de ir a servirle su pedido. Los sonidos de la bulliciosa pastelería me invadían, y el aroma del café caliente se impregnaba en el aire y se mezclaba con los dulces olores a canela y azúcar procedentes de la cocina. El tintineo de los tenedores y el parloteo sin sentido continuaban a mi alrededor, y podía sentir la tensión formando una bola dura entre mis omóplatos. Era sábado por la mañana y el Sugar Bowl era conocido por tener los mejores pasteles del pueblo, así que, por supuesto, estábamos hasta arriba. No importaba que las temperaturas de principios de octubre significaran que la temporada turística había terminado oficialmente: se sabía que Outtatowner, Michigan, atraía gente todo el año. Pero no escupas en mi café. Entrecerré los ojos ante su café mientras reprimía mi irritación por su comentario. Una pequeña y mezquina parte de mí pensó que debía escupir en él, solo para fastidiarlo a él y a la estúpida rivalidad. La larga enemistad entre la familia Sullivan y los King era cosa de leyendas, que se remontaban a más tiempo del que yo podía recordar. Ambas partes trataban de superar a la otra con bromas ridículas. Aunque Outtatowner era un pueblo turístico costero, los que éramos de aquí, los pueblerinos,
Autor: nobody
Temática: General
Descripción: ―Si haces que me arresten, te juro que les contaré a todos sobre la vez que te colaste en la casa de Dorothy King y reemplazaste todas las fotos de Jesús con una foto de Ewan McGregor vestido como Obi Wan Kenobi. Mi hermano mayor, Lee, me vio y se le escapó una carcajada, luego educó su rostro y me lanzó una mirada severa mientras presionaba un dedo en sus labios. Me agaché más y me acurruqué junto a él contra la pared de ladrillos en el callejón oscuro. ―No estoy bromeando. Cantaré como un canario. Su mirada se amplió mientras pronunciaba CIERRA. LA. BOCA. Le puse los ojos en blanco y los nervios me atravesaron. Solo he estado en casa un día. ¿Cómo diablos me metí en esto? Fue porque Lee era demasiado encantador para su propio bien, así fue cómo. Parecía que la misión de la vida de Lee era orquestar bromas ridículas contra nuestros rivales, los King. Esta era una venganza por envolver con plástico el auto de nuestro hermano mayor, Duke, en un poste de luz la semana pasada. La rivalidad entre los Sullivan y los King se remonta a generaciones, pero las bromas en sí eran algo que Lee había defendido desde su tiempo en el extranjero. Usualmente inofensivas, siempre ridículas. ―Okey, ya viene. Mantente agachada hasta que yo diga.
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Temática: General
Descripción: NOTA DE LA AUTORA NOTA DE LA AUTORA Cuando empecé a escribir Done and Dusted, quería escribir un personaje con el que otras mujeres como yo, y yo, pudiéramos identificarnos. Me encanta leer y, como tú, he leído muchos libros. Hay muchos personajes a los que llevo en el corazón, pero con los que no puedo identificarme tan profundamente como quisiera porque vivir dentro de sus cabezas es muy diferente a vivir dentro de la mía. La protagonista de Done and Dusted se llama Emmy. Emmy y yo no tenemos mucho en común, pero al igual que yo, Emmy tiene TDAH. Las diferencias en el funcionamiento de nuestros cerebros pueden ser sutiles, pero eso no significa que no existan o que no influyan en nuestra forma de vivir. Sé que el diagnóstico de TDAH es diferente para cada uno de nosotros, pero si alguna vez te ha costado explicar por qué dejas literalmente todo para el último minuto, por qué te sientes fuera de control, por qué sientes que tu lengua no debe estar en tu boca cuando la música está demasiado alta, o cualquiera de las innumerables cosas que sentimos que forman parte del TDAH, puede que te veas reflejado en Done and Dusted. Emmy y yo estamos contigo. Feliz lectura, Lyla
Autor: Nobody
Temática: General
Descripción: rockola y había un número excesivo de carteles neón; olía a cigarros rancios y había manchas en el suelo en las que se pegaban mis Doc Martens al caminar. No soy una snob. No tengo nada en contra de un buen bar de mala muerte. Simplemente no pensé que acabaría sentada en uno. Hoy no. Cuando ayer salí de San Francisco y me puse en camino hacia Wyoming, un bar de mala muerte habría sido el último lugar en el que hubiera querido estar la noche antes de empezar el trabajo más importante de mi carrera. Pero tenía hambre, y el pequeño pero extrañamente pintoresco motel en el que me alojaba esta noche no tenía el mejor Wi-Fi, así que salí en busca de sustento y acceso a Internet, pero solo encontré una de esas dos cosas. ¿Qué clase de bar de mala muerte no tiene comida pero sí una buena conexión Wi-Fi? La clase con un cantinero muy alto y muy sexy que se apiadó de mí cuando le pregunté por comida y sacó una bolsa de Doritos de detrás de la barra y me los dio con mi whisky y mi Coca-Cola light. No pregunté cuántos años tenían -no quería saberlo-, pero tenía una idea bastante aproximada, teniendo en cuenta que estaban casi blandos. Sabían como si la bolsa hubiera estado abierta durante un tiempo, aunque todavía estaba sellada cuando la tomé. Después, me instalé en una mesa alta de la esquina. En la pared de atrás había un cartel neón de un vaquero montando una botella de cerveza como si fuera un toro. La ridiculez de la imagen me provocó un tirón en la comisura de los labios, y me gustó esa sensación. Sinceramente, no sabía si comer los Doritos que probablemente podrían calificar para un descuento por estar viejos era mejor que no comer nada, pero aquí estaba yo, comiéndolos. Me limpié el polvo de queso de los nachos de los dedos para que no ensuciara la pantalla del iPad. Había consultado los mensajes de correo electrónico entre Weston Ryder y yo, comprobando la hora a la que debía estar en el Rebel Blue Ranch mañana por la mañana y
Autor: nobody
Temática: General
Descripción: desayunar. Es el tipo de cosas que ella hacía siempre: romper la monotonía de la vida haciendo algo divertido e inesperado. Iba a demostrarles a mis hijos que la diversión no muere. Dejé la mantequilla en la encimera para que se ablandara durante la noche y me levanté a las seis para empezar a hornear. Era finales de junio, como ahora, y ya había salido el sol. Moví mi tambaleante pila de correo sin leer al fregadero para hacer sitio a la batidora de mi mamá. Hice una crema con la mantequilla y el azúcar y mezclé la harina, el bicarbonato y la canela en un cuenco aparte. Cuando añadí las tres tazas de avena, ya estaba llorando y me secaba las lágrimas con las mangas del pijama. Es realmente increíble la cantidad de avena que lleva esta receta, y por alguna razón eso me hizo extrañar aún más a mi mamá. Así es como Pete me encontró. Llorando en la caja de avena del tamaño de Costco, de espaldas a un fregadero lleno de correo sin abrir. ―Jesús, Ali ―dijo. Por supuesto, lo decía todo el tiempo, pero su tono no era enojado, como cuando no encontraba una camisa limpia o cuando uno de sus zapatos de vestir se había llenado de Cheez-Its y se había metido debajo del sofá, y no era sarcástico como cuando agitó la mano sobre la Torre Inclinada de Papel y me preguntó qué había hecho durante todo el día. Fue un suave “Jesús, Ali” como si se hubiera quedado sin energía para volver a decirlo. No solía reaccionar ante Pete. Su exasperación era una especie de ruido blanco en el fondo de mi vida. Esquivaba esos comentarios y me dirigía a los niños o al perro, o a mi mamá, pero hacía un año que se había ido, así que me quedé llorando. Por la avena, por la forma en que Pete me miraba y también por la que no, y por la gran parte de mi vida que pasé casada con un hombre que no cruzaría el ancho de una cocina para consolarme. ―Quiero el divorcio ―dijo. Como no dije nada, agregó―: Ya no quiero estar casado. ―Eso es lo que suele significar el divorcio ―dije. Fue sarcástico y ni siquiera sonó realmente como mi voz. Sentí una presión en el pecho y un zumbido en la cabeza, como si fuera a salir de mi cuerpo. Recuerdo haber tenido esta sensación antes, pero fue cuando la voz de un médico
Autor: nobody
Temática: General
Descripción: desayunar. Es el tipo de cosas que ella hacía siempre: romper la monotonía de la vida haciendo algo divertido e inesperado. Iba a demostrarles a mis hijos que la diversión no muere. Dejé la mantequilla en la encimera para que se ablandara durante la noche y me levanté a las seis para empezar a hornear. Era finales de junio, como ahora, y ya había salido el sol. Moví mi tambaleante pila de correo sin leer al fregadero para hacer sitio a la batidora de mi mamá. Hice una crema con la mantequilla y el azúcar y mezclé la harina, el bicarbonato y la canela en un cuenco aparte. Cuando añadí las tres tazas de avena, ya estaba llorando y me secaba las lágrimas con las mangas del pijama. Es realmente increíble la cantidad de avena que lleva esta receta, y por alguna razón eso me hizo extrañar aún más a mi mamá. Así es como Pete me encontró. Llorando en la caja de avena del tamaño de Costco, de espaldas a un fregadero lleno de correo sin abrir. ―Jesús, Ali ―dijo. Por supuesto, lo decía todo el tiempo, pero su tono no era enojado, como cuando no encontraba una camisa limpia o cuando uno de sus zapatos de vestir se había llenado de Cheez-Its y se había metido debajo del sofá, y no era sarcástico como cuando agitó la mano sobre la Torre Inclinada de Papel y me preguntó qué había hecho durante todo el día. Fue un suave “Jesús, Ali” como si se hubiera quedado sin energía para volver a decirlo. No solía reaccionar ante Pete. Su exasperación era una especie de ruido blanco en el fondo de mi vida. Esquivaba esos comentarios y me dirigía a los niños o al perro, o a mi mamá, pero hacía un año que se había ido, así que me quedé llorando. Por la avena, por la forma en que Pete me miraba y también por la que no, y por la gran parte de mi vida que pasé casada con un hombre que no cruzaría el ancho de una cocina para consolarme. ―Quiero el divorcio ―dijo. Como no dije nada, agregó―: Ya no quiero estar casado. ―Eso es lo que suele significar el divorcio ―dije. Fue sarcástico y ni siquiera sonó realmente como mi voz. Sentí una presión en el pecho y un zumbido en la cabeza, como si fuera a salir de mi cuerpo. Recuerdo haber tenido esta sensación antes, pero fue cuando la voz de un médico
Autor: Nobody
Temática: General
Descripción: 1 Emmett Mediados de enero Fue una combinación improbable de cosas lo que me hizo pensar en la noche que le dije a Adaline Wilder que no tenía espacio en mi vida para una relación: la médula espinal de un liniero y una casa hecha de Legos rosas. No es que no hubiera pensado en ella en los últimos cinco años. Pensé en ella. A menudo, pero esos pensamientos fueron fugaces. Iban y venían sin alterar mucho mi vida, simplemente porque sabía (o pensaba) que ella era feliz en otra relación. No eran el tipo de pensamientos que cambiaban las prioridades o me impulsaban a actuar. Y lo hacía mejor cuando estaba en una situación en la que podía actuar. Hacer un plan. Ejecutarlo. Todos los mariscales de campo de la liga se sentían así. No nos iba bien siendo pasivos. Realmente no funcionaba bien cuando absolutamente nada estaba bajo nuestro control. Sentarse en la sala de espera del hospital, todavía vestido con la camiseta rota que iba debajo de mis almohadillas y mi jersey, era la peor sensación de todos los casos de estar fuera de control. Esa fue la primera parte de cómo empezó todo esto: con una entrada mal calculada y una contusión en la columna que dejó a mi compañero Malcolm Delgado sin poder mover las piernas. En nuestra derrota de final de postemporada contra Denver, uno de nuestros linieros defensivos veteranos intentó una entrada y se estrelló primero con el casco en el muslo del receptor que llevaba el balón. No había muchas palabras para describir lo que se siente al estar en el
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Temática: General
Descripción: 1 1Emily Emily ¿Por qué me conformo con un hombre medio feo que no deja de mirarme las tetas? Me cuestioné todas las decisiones de mi vida. Lo seguro y predecible me resultaba menos atractivo al ver cómo mi cita se regaba salsa de espagueti en la barbilla. Culpé a mi mamá. Ella insistió en que una cita a ciegas el día de San Valentín era exactamente lo que necesitaba para seguir adelante con mi vida después de todo lo que pasó el otoño pasado. Más bien un descenso en espiral hacia la nada absoluta. Inserta a Dickie Johnson. La mamá de Dickie trabajaba con la mía como auxiliar administrativa en la comisaría local, y ambas habían urdido el plan para emparejarnos. Dickie. Jodido. Johnson. Después de que mis papás se mudaran a Outtatowner, un pueblo costero del oeste de Michigan, aprendí rápidamente que casi todo el mundo que vivía ahí tenía algún apodo estrafalario. Incapaz de ocultar mi expresión de horror, mamá me aseguró que los apodos parecían estar reservados a quienes crecieron en Outtatowner y no a una profesora sustituta que apenas había superado la primera semana de su nueva residencia. Mis papás decían que los apodos eran una de las muchas cosas que gustaban de su pequeño y encantador pueblo. Dickie podría haber sido Richard o Rick, o incluso Bob, pero en el pueblo se le conocía
Autor: Nobody
Temática: General
Descripción: 1 1Sloane Sloane Meterme en la piel de mi jefe es lo segundo más destacado de mi día. Despertarme sana y salva con mis gemelos es lo primero, por supuesto, pero había algo en saber que iba a fastidiar a Abel King que añadía un pequeño tirón a mi vértigo de cada mañana. Un ejemplo: planeaba usar mi retraso como excusa perfecta para pinchar al oso. ―¡Ben! ¡Tillie! Tres minutos. ―grité por el pasillo de la pequeña y destartalada cabaña de la propiedad de mi abuelo, apresurándome a meter los almuerzos en las mochilas. ―No les levantes la voz a esos niños, Sloaney. ―El abuelo estaba sentado en un sillón reclinable que se inclinaba demasiado hacia la derecha y parecía peligrosamente a punto de derrumbarse. Me ablandé y me acerqué a él, dándole un breve beso en la parte superior de su cabeza de cabello blanco. ―Si no recuerdo mal, siempre me dabas una orden rápidamente y, si no la cumplía, no tardabas en darme un azote. ―Me crucé de brazos y enarqué una ceja mirando a mi abuelo. Sus pobladas cejas se fruncieron mientras manoteaba el aire entre nosotros. ―Ah, ¿tú qué sabes? Mi risa era brillante y rápida. El tiempo había ablandado a mi abuelo, y ambos lo sabíamos. Mis ojos recorrieron sus pantalones de pijama y la desvencijada bandeja del televisor que tenía al lado.
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Temática: General
Descripción: 1 1Royal Royal ―Entonces, ¿a quién estamos espiando? Me sobresalté y grité con un decibelio agudo que no tenía derecho a salir de mi cuerpo. Entonces ella gritó. Miré fijamente a Luna Gray, la perforadora de mi tienda de tatuajes, y los dos nos echamos a reír a carcajadas. Me pasé la mano por el pecho mientras se agitaba. ―Mierda. Me asustaste. Luna sonrió y se echó un mechón de cabello rubio platinado por encima del hombro. ―Gritas como una niña. ―Los pendientes de diamantes que hacían las veces de hoyuelos titilaban bajo la luz fluorescente de mi estudio de tatuajes―. Si dejaras de ser el mirón del pueblo, no tendría que asustarte. Fruncí el ceño. ―No estoy siendo un mirón. Estoy observando. ―Señalé el escaparate con la barbilla. Era demasiado temprano para que King Tattoo estuviera abierto, pero mi pequeño pueblo costero de Outtatowner, Michigan, ya bullía de energía. Los dueños de las tiendas colocaban tablones en forma de A afuera de cada escaparate, y los carteles se giraban hacia ABIERTO mientras los turistas hacían cola en el Sugar Bowl para comprar café caliente y los
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Temática: General
Descripción: 1 Erik Nadie crece esperando convertirse en un imbécil cínico. Desde que tengo uso de razón, mis hermanos y hermanas me han llamado así, generalmente como un cumplido, pero lo segundo es una adición bastante reciente a mi personalidad. La vida tiene una extraña forma de hacer eso, ¿verdad? Giros que no veíamos venir añadían facetas a nuestra personalidad, normalmente sin nuestro permiso. No me gustaba el cinismo. No me gustaba cómo observaba constantemente a la gente a mi alrededor para asegurarme de que no iban a hacer algo estúpido, algo sospechoso. Solía hacer una variación específica de eso cuando jugaba. Miraba al quarterback, observaba a los linieros ofensivos para ver si podía descifrar dónde bloqueaban o hacían espacio para un receptor o un corredor. Mi trabajo era detenerlos. E incluso ahora, años después de haberme puesto el casco, las protecciones y los tacos, hacía lo mismo. Pero en lugar de estudiar a mi oponente, me encontraba buscando a alguien que hiciera un mal movimiento por todas partes.
Autor: Nobody
Temática: General
Descripción: 1 1Annie Annie ―¿Por qué Lee corre por la calle principal sin pantalones? Levanté la cabeza de mi café con leche de avena y vainilla a tiempo para ver a mi mejor amigo, muy rápido y muy desnudo, corriendo por la calle principal del pueblo. El sol de la mañana fluía a través de los árboles que bordeaban las aceras de nuestro pequeño pueblo y todos afuera se quedaron boquiabiertos al ver a Lee arrastrando su trasero. Lo seguí mientras él esquivaba a los peatones y las jardineras de concreto con ambas manos ahuecadas sobre sus partes privadas y usando nada más que botas de trabajo desgastadas y desatadas. Un silbido bajo vino de mi amiga Emma. ―¡Santo DIOS! ―Asqueroso. ―Kate Sullivan, la hermana de Lee, torció el rostro con disgusto. Le di un codazo a Emma, deseando que mis ojos no se desviaran hacia los músculos redondeados del trasero de Lee mientras pasaba corriendo junto a nosotras. Sentadas afuera del Sugar Bowl, Kate, Emma y yo observamos con leve horror cómo Lee hacía un tiempo impresionante recorriendo el pueblo. Kate sacudió la cabeza y le dio un mordisco a un bollo de fresas con crema.
Autor: Nobody
Temática: General
Descripción: 1Sierra Sierra ―No puedo creer lo que hizo ese imbécil ―digo mientras entro furiosa en la oficina de mi mejor amiga. Ella levanta una ceja y lentamente levanta la vista de la tableta de dibujo que tiene sobre el escritorio, con el lápiz todavía en la mano. ―Déjame adivinar ―dice Raven, mi mejor amiga y cuñada―. Xavier Kingston hizo algo completamente imperdonable... ¿por segunda vez esta semana? Me cruzo de brazos y la miro con el ceño fruncido mientras me siento, mis ojos recorren el hermoso estudio que ha creado, con diseños y telas esparcidas por todas partes. Incluso su desorden parece artístico, y no tengo idea de cómo lo hace. ―Hackeó mi computadora y robó mis planos de diseño para su nuevo teatro ―empiezo a explicar, deleitándola con otra historia sobre la odiosidad de mi némesis―. Ni siquiera intentó cambiarlos, dejó hasta el último detalle tal como lo diseñé, casi como si se estuviera burlando de mí, diciéndome que no hay nada que pueda hacer al respecto si quiere robar mis ideas. Los ojos de Raven se abren de par en par cuando le pongo el teléfono en la cara y reproduzco la entrevista que Xavier le hizo a The Herald, entre todos los periódicos. ―Wow ―murmura cuando Xavier muestra con orgullo el diseño de su nuevo teatro, con los ojos muy abiertos.
Autor: Nobody
Temática: General
Descripción: IT’S CALLED: FREEFALL – RAINBOW KITTEN SURPRISE LITTLE DARK AGE – MGMT AMERICAN TEENAGER – ETHEL CAIN CHERRY WAVES – DEFTONES THIS IS ME TRYING – TAYLOR SWIFT HEARTBEATS – JOSÉ GONZÁLEZ SLEEP ALONE – TWO DOOR CINEMA CLUB JULIET – CAVETOWN NO SLEEP TIL BROOKLYN – BEASTIE BOYS WATERLOO – ABBA FAST CAR – TRACY CHAPMAN THE DIFFERENCE – FLUME MAKE THIS GO ON FOREVER – SNOW PATROL UNCOMFORTABLY NUMB – AMERICAN FOOTBALL & HAYLEY WILLIAMS THE HILLS – THE WEEKND GETAWAY CAR – TAYLOR SWIFT LOSING MY RELIGION – R.E.M. BARELY BREATHING – DUNCAN SHEIK LET’S GET LOST – BECK & BAT FOR LASHES GILDED LILY – CULTS MEDDLE ABOUT – CHASE ATLANTIC ASPHALT MEADOWS – DEATH CAB FOR CUTIE